Danza Encendida – Gabriela Garza Muñoz

Un ángel:
Era flor
o pájaro de luz.
Flor de aire,
flauta de cielo,
que tatuaba acordes
y abanicos de hojas.
Era la quietud:
Un reflejo de cielo en el tallo
y en el ramo de estrellas.
Giraba en la lluvia:
Flauta que tejía agua
en las orillas de la noche.
Y una flor
desgranaba en el viento
la música:
Danza encendida
eran sus hojas.
La fragilidad de su sombra
se oía al rasgar alas
y pétalos.
Y de hojas los astros:
Acuarelas.
Susurraban voces, ecos, trinos…
Y al volar a cielo entero
deshojaba un dorso de ángel
peregrino.
Ilustración por Yeba Namor
Este poema forma parte del libro "Estancias"