La Vocecita Interna como joroba, no para ni un instante. Se la pasa, dale que dale desde que amanece hasta que anochece. No se si también participa en mis sueños y ensueños.
Para empezar no le gustan las reglas, no le gusta la disciplina, lo rígido. Ni los comandos de -“No saque la tarjeta hasta que se le indique” -, -“Por su seguridad abróchese el cinturón”-
Es como un caballo loco y salvaje que, sin pedirle su opinión, se la pasa hablando como chachalaca. Logra que me la pase piense y piense muchas cosas, algunas ni existen realmente.
¿Cuándo es que se le debe poner atención y acción a las ideas de “la loca de la casa”? por mucho tiempo (leer con voz sumamente baja), creí que era mejor quedarse callada, ante pensamientos que herían, pensamientos que me decían, tú no mereces esto o aquello.
Otras veces por miedo callaba, otras no entendía a que se refería esa canija vocecita que esta pendiente de cuanta cosa ocurre en mi vida.
Algunas otras, no era claro lo que pasaba. Ya que el entendimiento de mi vida es, ¡o te quedas o te vas! O todo o nada. Es difícil escuchar, comprender y actuar. En una palabra, solucionar el asuntancho.
No vayan ustedes a creer que re fácil, hay que ver el precio, antes de actuar, a según se piense. Es bueno tener práctica en el actuar, para no tener ese tormento chino que se tiene previo a tomar la decisión. Solo queda apechugar, si mi vocecita de Titina se incomoda, ahora te aguantas ¿pa´ que me dices?
Queridos, escuchen esta voz: a la vocecita ni toda la atención ni toda la acción. ¡Esta media loca!
Ilustración: Autor desconocido, no contamos con los derechos de autor.
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