Escuchar poemas recitados,
causa respuestas emocionales.
Cada mañana un nuevo amanecer, una nueva esperanza y, a veces, hasta un posible desengaño o al menos una sorpresa que hay que descifrar.
Así empieza el alma a caminar por un sendero desconocido que se muestra día a día.
Y entonces ¿para qué planear con tanta precisión si eso desconocido siempre aparece sin llamarlo?
Pero es así como aprendemos, creyendo que llevamos el volante y la dirección de la vida. Un poco de ingenuidad sin imaginar que ese X día todo, todo puede tornarse diferente… Lo esperado no llegó, lo que se presentó fue lo nunca pensado.
El día toca a la puerta ¿le abro? ¿cómo imaginar lo que se encuentra tras ella? Pero el día sigue tocando, no me puedo hacer sorda, la vida está allí.
Me decido y abro y casi siempre acierto porque sé quién y cómo está tocando…
Pero, con una sola vez que no se cumpla lo previsto, una sola vez, sólo una sola vez es suficiente para entrar en desconcierto, en preocupación y, aún en miedo.
Después ¿Cómo recuperar el ritmo, la confianza y la alegría para volver a abrirle la puerta al día?
Tal vez a partir de la poesía, de esas palabras que tienen un impacto curativo, una acción para sanar el alma.
Cuánto puede ayudar un: Lo mejor de la vida se encuentra casi siempre sin haberlo buscado, o un: El perdón borra lo que el tiempo no pudo, o la presencia de un amor que se convierte en poesía, como ocurre con las palabras de Machado: Anoche, cuando dormía, soñé, ¡bendita ilusión! Que una fontana fluía…, o imaginar que alguien repite a Becquer y me dice: ¿Y tú me lo preguntas? Poesía eres tú, o aquella expresión de Calderón de la Barca que responde a esa pregunta y me dice: ¿Qué es la vida? Una ilusión… y los sueños, sueños son, o recuperar a Ulises que sugiere: Siempre ten a Ítaca en tu mente
Si al abrir la puerta al día descubro a todos los que amo, mi sanación resulta absoluta porque cada uno de ellos es poesía.
Y así, así cada mañana, para que al final del día, en el recuerdo de los sucesos y de la experiencia, se pueda recobrar la esperanza hasta el próximo amanecer, a partir del sentido de la poesía que se halla en esas palabras y en esas personas que curan y sanan el alma.
MARICHONI
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