Yo Godín, confieso que extraño,
La oficina antes de la pandemia.
El camino de todos los días.
El elevador lleno.
El reloj checador.
El gafete, el uniforme,
Las corbatas, los tacones.
Los saludos de beso,
Los abrazos ruidosos.
La torta de tamal en la mañana.
La fila de los chilaquiles.
Los tuppers con comida.
El café aguado.
Las ventas por catálogo.
Las confesiones en el baño.
El análisis del partido de la Selección.
¡Mira qué trae puesto!
¿Viste con quién llegó?
No, pero vi con quién se fue.
Las mañanitas desentonadas.
Los viernes de quincena compartidos.
La posada navideña con su rifa y baile.
En fin, me invade la nostalgia,
Pero sólo de lunes a viernes
de ocho a cinco.
Así es estimada Esther, mucho que extrañar. Gracias por evocar esos momentos que todos o casi todos hemos vivido en el ámbito laboral. Me animas a hacer un recuento.