Estaba muy tranquila Catalina,
Descansando en Tonantzintla,
Cuando la Catrina
Le brindó una visita.
La Huesuda tenía un secreto:
En el más allá habría un reencuentro.
El cual no era esperado,
Pero si ansiado.
Detrás del camino de cempasúchil,
Con una sonrisa blanca como el marfil,
Estaba aguardándola Vives,
Con la esperanza de ser por fin felices.
La gitana y la Catrina comparten un decir:
En vida y muerte, has de sentir.
Hasta el final, Catalina lo siguió,
Dejándonos una lección que nos forjó.
Ilustración: Oscar Alberto Reyes Gómez – Campos de Cempasúchil sobre Atlixco, Puebla
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