Tengo miedo de la ponzoña. De lo que pueda encontrar en el futuro.
Por suerte pude escaparme de ti y de tu veneno. De tus manipulaciones, de tus mentiras, de tus chismes.
Por suerte pude alejarme de ti antes de que continuaras hablando mal de mí a mis espaldas y que me siguiera importando.
Por suerte logré salir ilesa y elegí confiar en mí y no permitir que me continuaras hacerme dudar de mí misma, echándome la culpa de todo, culpándome de loca, inestable, desubicada, juzgona.
Por suerte pude despegar el vuelo aún después de tantos intentos tuyos de mutilarme las alas. Ahora me toca confiar en mí y nunca más volver a dudar de mí.
Aunque sea sólo por autopreservación. Por que nunca más quiero volver a caer en la ponzoña.
Ilustración: Fotografía de Meg Jerrard en Unsplash
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