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Los quince de Diana - Carolina Franco Pérez



La mamá de Diana siempre le ha contado lo maravilloso que son los dulces 15, porque es un momento trascendental en la vida de toda mujer y pasarlo por alto sería condenar a su hija a ser una solterona.


Mamá de Diana: Mi luz infinita ¿cómo amaneciste en este tu día? Hoy pierdo a mi bebé. El tiempo de salir del capullo llegó, no puedo creer lo rápido que pasa el tiempo. Ya te veo surcando por los aires, como hermosa mariposa.


Diana: Sí, hoy es mi cumpleaños número 15.


Mamá de Diana: Hija, acuérdate que la primera actividad del día es tu coronación, por eso te traje todo lo necesario, porque una princesa debe empezar la mañana como se merece.


Diana: mamá todavía es muy temprano, me dejas dormir unos 5 minutos más.

Mamá de Diana: Tenemos muchos pendientes y poco tiempo, no podemos esperar más para iniciarlo con bombo y platino este día irrepetible. A ver, levántate ya de la cama y repite conmigo:

“Yo Diana Xoconostle García Pérez, hoy acepto el decoroso título de la Princesa de Ciudad Cuauhtémoc Sección Chiconautla 3000

Me comprometo a no defraudar con mis acciones a mi madre. Me mantendré hermosa los siete días de la semana, por lo que no escatimaré dinero, ni esfuerzos en mi arreglo personal. Mi rostro siempre será iluminado con los colores más frescos de la temporada, mi ropa lucirá grata a los ojos de los demás, mi cabellera será larga y brillante como las flores que miran al sol y no me permitiré ganar kilitos de más”.


Diana: Por fin, lo dije.


Mamá de Diana: Mi amor, ya despiértate te escucho medio dormida. De ahora en adelante, todo será diferente porque los muchachos te voltearán a ver y te regalarán flores. No me digas ahora, que prefieres quedarte en una esquina, sin que te miren o noten tu presencia ¿qué error cometí contigo, para que ahora me salgas que no le quieres echarle ganas en los más mínimo?


Diana: lo que tú digas mamá.


Mamá de Diana: Mas te vale jovencita. La fiesta de 15 años es una de las tradiciones más importante para las mujeres de esta familia, sólo detrás de la boda.

Toma en cuenta, que yo bailé las 15 Primaveras, del mismísimo Chente Fernández, que recuerdos aquéllos ¿si te había contado, que uno de mis chambelanes fue tu papá? Verdad.


Diana: Me la sé de memoria, por cierto, nunca me has enseñado las fotos de tu fiesta ¿dónde las tienes guardadas?


Mamá de Diana: Hija, todo el dinero se nos fue en la celebración y a tus abuelos, ya no nos alcanzó para revelar las fotos. Después, busqué los rollos y pues, ya nunca los encontré.


Diana: qué mala suerte ¿no? Siendo un día tan especial.


Mamá Diana: Eso no pasará en esta ocasión, no te preocupes.

Por cierto, me imagino tu historia de amor como la de tu padre y la mía, llena de felicidad, ternura y sueños hechos vuelto realidad. Tengo uno delante de mis ojos.


Diana: Nunca te cansarás en decirlo, verdad. Bueno, me voy a desayunar mis wafles.


Mamá de Diana: Esos días de carbohidratos terminaron. Además, la segunda actividad agendada es la cita con Vero en el salón de belleza, para que te haga los caireles que tanto me gustan, te maquille y te arregle esas manos, que llevas meses sin esmaltar y cortar, ahí se ve que todavía te falta mucho que aprender sobre la femineidad, pero, poco a poco, esa es mi tarea como madre.


Diana: pero es mi comida de cumpleaños de todos los años, hasta había comprado la edición especial de los M&M para ponérselos.


Mamá de Diana: a las 11:00 am es la cita en el salón, entonces córrele. Mientras te arreglan y te ponen guapa, yo iré a recoger tus 4 outfits que te confeccionó tu madrina: el primero para la misa, el segundo para tu entrada al salón, el tercero para el vals con tus chambelanes y el cuarto, para las fotos en el columpio, ay mija, ya te veo como la Thalía en la novela de la “Quinceañera”.


Diana: Pensé, que lo del columpio ya no se haría.


Mamá de Diana: ¿cómo crees? Si es lo que siempre soñé (empieza a cantar la mamá) “Y ahora, despierta la mujer que en mi dormía/ Y poco a poco, se muere la niña/ Empieza la aventura de la vida”


Unas horas después, ya en el salón de la fiesta que esta adornado con globos, moños y flores color rosa pastel y con el columpio con rosas de distintas tonalidades, se escucha un grito que dice:


Mesero 1: ahí viene la quinceañera a las tres gritamos ¡¡Diana Xoconostle!! ¡¡la del santo, la del santo, la del santo!!


Diana aparece con su vestido rosa pastel, acompañada del brazo de su Tío Ruperto y este le dice al oído.


Tío Ruperto: ¡¡Qué linda te has puesto Dianita!! Quién iba a pensar, que te pondrías tan guapetona a esta edad, toda grandota y sexy. Simplemente una chulada de sobrina, no te digo más porque somos familia y me podrían meter a la cárcel jajajaja (le da un beso tronado en el cachete y la deja en la pista).


Mamá de Diana (hablando en el micrófono): Hoy nos congregamos aquí, porque mi hija deja ser una niña para volverse mujer, hoy abandona su uniforme de la secundaria por los vestidos de princesas. El tiempo del juego han terminado para ella, ahora le toca encontrar a su príncipe azul que la llenará de alegrías como se merece.

Hoy florecerá la mujer que llevas en tu interior querida Diana, por eso tu padre y yo te hemos traído las 15 rosas y 15 velas como es tradición, para que sus llamas ardientes te recuerden este día como el momento del despertar de tu feminidad, de la explotación de tu belleza y del inicio de la experimentación de nuevas sensaciones.

La niña de la casa hoy se marcha para no volver.


Diana: Mamá tu siempre tan especial (se ríe toda nerviosa)


Tío Ruperto: Ahora, pásenme las zapatillas que le voy a quitar la inocencia a la Dianita, jajajajaja ¡¡No es cierto Comadre!! Sólo los tenis que trae puestos.


Diana: Qué honor Tío, pero talvez mi papá quiera hacer el cambio de zapatos.


Tío Ruperto: ¿Cómo crees? Si tú eres mi sobrina consentida, no permitiría que ningún otro hombre fuera el primero en la lista en tu nueva etapa como mujercita.


Diana: No, en serio. No te molestes.


Mamá de Diana: Hija, no te portes así con tu Padrino que es casi como tu papá. Sé una linda niña y dale gusto a tu tío, que siempre ha sido tan bueno con nosotras. Acuérdate, que él pago el carruaje de Calabaza donde llegaste.


Diana: Siento que me hace falta la respiración.


Mamá de Diana: ¿estás bien hija?


Diana: No, estoy harta de todo esto. La fiesta de los 15 años es una celebración del heteropatriarcado, parte del mito del amor romántico y la hipersexualiazación de las mismas, para dominarlas y limitarlas en su desarrollo ¡¡Nunca más!!



Ilustración: Fotografía de Jennifer Marquez en Unsplash

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