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La negrura de mi sed - Carmina Hernández



La soda negra como la noche, chispeante con hielo sabe mejor.

Sin ella no arranco, me siento pesada como un costal de cemento.

Es embriagadora como “la tiznada”, la resistencia es débil ante su

insistente presencia, esté o no lo éste - ¡pasas a valer¡ -

 

Dicen que contiene mucha azúcar, igual que muchas de su tipo.

Sabrosas quesque matan la sed.

-Va usted a creer- que es el “sabor de la vida”

 

Hay documentales de los estragos que causa tomar semejante engendro negro al organismo.


Se nubla la vista, pierdes visión, la pupila se dilata hasta el último aliento.

Ay señor de las tempestades, ten piedad de los faltos de

voluntad.

 

Descalcifica, atrofia la mente. Una pequeña porción en cualquier

superficie basta, para convertirse en un chicloso. ¡mecachis en la masa!

 

Pasea por todo mi cuerpo, ahí esperan, millones y millones de células adictas,

¿Cómo pretendo ser abstemia? “Ya ni la raspan”


Células de mi corazón, del riñón, del pulmón de todo mi ser. Pa´mi que 

ya le metieron algo más al infernal liquido negro.

 

Sea lo sea, no me desanimo, de algún día ser abstemia de mi querida soda negra,

eres la perdición de mi vida, condenada negrura.


Tú me matas, sin ti me muero.



Ilustración: Fotografía de Vinicius "amnx" en Unsplash

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