“La vida no se ha hecho para
comprenderla sino para vivirla”
Santayana 
La vida es linda, dicho así, en general, puede ser, pero si la veo por momentos, tengo que emplear otros adjetivos: linda, agotadora, cargante, emocionante, intimidante, estimulante y ¡quién sabe cuántas cosas más!
Eso se me ocurre porque la vida es misteriosa, porque no se devela como quien abre el telón en el teatro. A veces la siento, la cargo, a veces no la siento, va sobre ruedas, a veces la quiero corregir sin darme cuenta de que la siento y veo desaparecer el momento.
Tal vez por ello quiero escribir y recuperar con sentido la lindeza de la vida, con todos sus posibles calificativos, pero siempre concluyendo que la vida es linda.
O al menos así la quiero ver porque la considero un regalo de Dios, y la quiero ver como quien la ve de una vez, toda, sabiendo que los momentos en que la voy viviendo, tendré que resignificarla y, tal vez contradecirla en un no, no es linda.
Pero vuelvo a decir, por ello quiero escribirla, la que me tocó, la que veo, la que siento, de la que me entero, porque la vida es linda, para ver si cuando alguien la lea, me acompaña y me completa con lo que no veo, con lo que no entiendo de ella, pero siempre en la creencia de que La vida es linda.
Ilustración: Fotografía de Mark Harpur en Unsplash