"Hombres necios que acusais
a la mujer sin razón,
sabiendo que sois la ocasión
de lo mismo que culpais."
Sor Juana Inés de la Cruz.Este fragmento de una feminista de inmenso valor, la llamada Décima Musa, resulta descriptivo acerca de un aspecto del que se tiene que recuperar la justicia, dicho en el siglo XVII, sigue cimbrando ha quién no sólo ha sido culpada, sino violentada, sigue vibrando en el presente por aquella parte de la población, colaboradora de la obra de la Creación.
¿Qué dije? ¿recuperar? Sólo se recupera lo que se ha perdido porque existía y ahora ya no, porque era y dejo de ser, porque estaba y ahora ya no.
La afirmación correcta es construir la justicia, ¿desde dónde? Desde el principio y desde siempre, desde la conciencia, desde la realidad, desde la vida.
Por ello quiero hablarte a ti que no eres mujer, quiero preguntarte: ¿quién te dijo que valías más que yo? ¿cuándo se te ocurrió que eras más inteligente que yo? ¿de dónde sacaste que era más débil que tú? ¿cómo te surgió la idea de que yo era un ser para tu uso, que podrías utilizarme?
Tú lo construiste desde el miedo, desde la inseguridad, desde la falsedad conceptual. Sabes, hace mucho que dije Basta, nunca más así.
Y con ello, no dejo la cocina, la extiendo para que también sea tu terreno, no dejo la crianza de los hijos porque es la labor de ambos por igual, no dejo el trabajo porque hace falta mi presencia por lo que allí aporto, no dejo la casa porque es un espacio compartido y cuidado por y para todos a los que les da cobijo, no dejo la calle porque he contribuido a construirla y también me pertenece, no dejo el mundo sino que me hago presente en él, con todas mis facultades que son como las de toda mi especie, con ellos, con ellas y contigo lo tengo por espacio de vida y nunca lo dejaré. Me he adueñado de él y lo comparto con el conjunto, que estará para siempre libre de violencia. Lo grita mi dignidad.