Vivir despacio - Marichoni

"Vísteme despacio

que tengo prisa"

Napoleón.

Vivir despacio no es tan fácil en el siglo XXI.

Tal vez nunca lo fue.

Más bien hacer despacio todo lo que se tiene pendiente.

Pero no por hacerlo muy lento, piense en dejarlo de hacer.

Vivir despacio en el campo, tal vez sea posible.

La labor del campesino es la espera por la cosecha.

De allí que aprendieran el dicho:

No por mucho madrugar, amanece más temprano.

Pero una vez en la ciudad ¿cómo se puede lograr

eso de vivir despacio? si allí surgió el contradicho:

Al que madruga, Dios le ayuda. La prisa se convirtió en valor.

Si antes había mucho tiempo para poder cocinar

Y ahora con licuadora, horno de microondas y todo aquello

Que me hace reducir mi tiempo para el arte de cocinar

Aquello que era lento y muy despacio lo hacía.

¿Cómo, en ello, me voy a tardar?

Si para llegar al trabajo, me estorban los transeúntes,

los carros de los demás, el semáforo que no cambia,

y las manecillas, con su constante tic, tac,

hacen que entre en presión, en ansiedad y en tensión.

Cómo vivir despacio, si en la ciudad en que vivo,

Se hizo tan atractiva para la cuarta parte de toda la población

Que le pareció divertido, hacer la maleta y venirse

Para que, si éramos muchos, nos convirtiéramos en más.

Cómo vivir despacio, si desde que abro los ojos

Me veo en una carrera constante

para llegar hasta dónde tengo que estar.

Si para dar responderle a la vida

Que me interroga de veinte en veinte preguntas

Y requiere mi respuesta, sin darme tiempo a pensar,

Tengo que inventar la prisa para que logre alcanzar

Al menos a la mitad, lo que tengo que lograr.

Si lo que me quedó pendiente, del agotamiento que tengo

Lo dejó para después, con sentimiento de culpa

Porque resuena en mi mente aquello de que:

No dejes para mañana lo que tengas que hacer hoy.

Vaya predicamento en el que entré en eso de vivir despacio.

Pero, ¿cómo sería si pudiera lograrlo?

Contemplar el sol de cada amanecer.

Observar cómo cambió el paisaje en hoy, desde que era ayer.

Encontrar en qué fase aparece hoy la luna.

Escuchar con atención lo que dice de amor esa canción.

Oír que ya amaneció porque cantó el pajarito.

Reconocer la armonía que significa estar vivo y poder

Aportar algo nuevo con creatividad y amor,

Porque le doy el valor a eso de vivir despacio.

Si camino con lentitud, veo que hay flores nuevas.

Que la ardilla, sin miedo, cruza los cables tranquila.

Que lo que es mi labor, sin prisa y sin presión,

Se convierte, de ciencia en arte y logró satisfacción.

Qué lindo sería apreciar la sabiduría al alcance

A través de una oración dicha con lentitud,

En la lectura de un libro que, por leerlo atenta,

No pierdo la trama e imagino que soy la protagonista.

Qué lindo sería vivir despacio para abrazar a mis hijos,

Para escuchar a mis nietos, para ver las diferencias

Que ocurren de un día a otro, no solo entre las personas,

Sino en las hojas del árbol que está en la esquina de casa,

En el sonido del viento y aún en mi persona.

Siglo XXI, no me carrerees, aunque sé que serás el último siglo que vea.

Quiero vivir más despacio para llenarme los ojos con las bellezas de cada uno de los que distingo de todos porque sé que a mí pertenecen, porque tienen algo, mucho o poco que a mí se parece.

No me carrerees porque quiero seguir en la escena y poder hacer mi aportación en creatividad y saber, que, aunque sea poca o mucha, nadie más que yo la tiene.  

Ilustración: Fotografía de Magda Vrabetz en Unsplash