Escribir es la manera más
profunda de leer la vida.
Frase popular
Un conjunto de letras unidas con significado nos da el sentido que queremos que no se pierda.
Esa es la belleza del lenguaje escrito, que no se queda en mí, sino va más allá, sin imaginar hasta dónde.
Desde tiempo inmemorial ha sido así, la palabra escrita en una tablilla, en un pergamino, en un amate o en un papel, ha permitido que el pensamiento humano se mantenga, que no desaparezca y lo conozca quien viene después, que casi nunca sabemos quién es o, mejor dicho, quién será.
Ese pensamiento, trascendiendo del interior y puesto por escrito para que no se lo lleve el viento, da pie a que siga hablando de su autor, aún después de la muerte.
¿Qué hubiera sido de Helena, la de Troya, si no hubiéramos sabido de ella por Homero, que se atrevió a poner el hecho en palabras escritas que se han reproducido a través de milenios?
¿Quién indagaría sobre el diluvio que se dice que inundó por cerca de un mes, el mundo de su tiempo, si no se hubieran encontrado registros escritos de su probable existencia?
¿Qué hubiera sido de aquella lejana Constitución humana, retenida en las llamadas Tablas de la Ley, en l se as que concretan ciertas formas de convivencia y el modo de relacionarse entre las personas, si sólo se hubiera quedado en el Moisés de la historia y no hubiéramos sabido que, si le diéramos vida, tal vez no tendríamos tantos conflictos qué solucionar?
¿Qué hubiera sido si el gran Francisco de Asís, con su fantasía fraterna, no nos hubiera señalado que, haciendo hermano a cada ser vivo y a cada semejante humano, en vez de guerra habría habido encuentro, como nos lo da por escrito Rubén Darío?
¿Qué hubiera sido si Cervantes no le hubiera dado vida a Don Quijote para hablarnos de generosidad, lealtad y amor y nos hubiéramos perdido su mensaje?
¿Cómo hubiéramos conocido los hechos del pasado que impactaron el presente, si alguien no se hubiera dado a la tarea de relatarlos y escribirlos para conservarlos y explicarnos y, así entender lo que sucede y por qué sucede, dándole sentido a nuestra historia común como seres humanos?
Tal vez se hubiera perdido la trayectoria de los representantes de la única especie que existió, que existe y que existirá construyendo un camino para todos y para cada uno, en un tiempo concreto.
¿Qué será de nuestra existencia, habitantes del siglo XXI, recorriendo ese camino común e inacabado, sin los textos que, dejándolos por escrito, darán sentido de eternidad?
Porque la palabra escrita adquiere un doble valor: permanecer para seguir existiendo y comunicar a pesar de desaparecer.
Si ese acto de leer para comprender y compartir no me lleva a escribir lo que guardo en el alma, tal vez me perderé en el tiempo y el espacio y nadie sabrá que aquí estuve, que fui hija y nieta de seres que me amaron y que así me enseñaron a amar eternamente a mis hijos y a mis nietos. Quizá se romperá no solo mi historia sino la historia humana que alguien ya no conocerá porque creo que, leyendo conozco, pero escribiendo tal vez quedará algo de mí misma, de mi pensar y de mi sentir.
Escribir es una forma de permanecer.
Ilustración: Fotografía de Freestocks en Unsplash
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