Curiosas Coincidencias - Marichoni

Tantos mundos tanto

espacio y coincidir

Canción Popular

    ¿Qué será una coincidencia? ¿Algo fuera del plan, una casualidad, una ocurrencia, algo fortuito? Quién sabe qué será.

    Hoy quiero relatar acerca de una serie de coincidencias que surgieron ayer, cuando estaba yo en el colegio, en el ensayo general del Festival Navideño que se presentaría al día siguiente con números artísticos, festival que corría a cargo de la Academia de Lenguas Extranjeras y que por lo pronto, no recaía en el ámbito de mi competencia, yo, al igual que muchas personas, sería espectadora del evento.

    Me tocó acompañar a mis alumnos al foro, vi su participación, realmente fea, cantaban en francés algo que ni ellos ni yo entendíamos, solamente el la, la, la, era comprensible, con una desentonación, al estilo de cualquier conjunto escolar, que canta sin preparación, sin modulación, sin ciencia y sin arte.

    Al termino del ensayo, los profesores se fueron contra los niños, con un regaño y una serie de expresiones que a mí, entre lo mal que se escuchaba y la falta de una adecuada coreografía, me entró un ataque de risa de verlos regañados por algo que no sabían hacer y que nunca nadie lo había sugerido, ni modo que saliera de la nada. Además de darme risa, me hizo caer en cuenta sobre la manera de volcarles una responsabilidad que no les tocaba a los niños, y pensé: cuántas veces habré hecho con ellos algo similar, cuántas veces habré querido que adivinaran lo que tenían que hacer, qué decir y cómo actuar. Encontré una coincidencia con mi actuar.

    Pasado ese momento y volviendo a la serenidad, sin risas y sin culpa, sino con un aprendizaje más, seguí en mi función.

    Como no me podía librar de un a cierta responsabilidad el día del festival, sabía que tenía que cubrir una guardia en algún estratégico lugar, para estar pendiente de cualquier aspecto que requiera atención.

    Les comenté a los niños que al día siguiente estarían cerca de sus padres y que yo solo los vería cuando les tocara actuar porque yo tenía una guardia qué hacer Una de las niñas me preguntó sorprendida si yo iba a ir con guardias para que me cuidaran. Nuevamente solté la carcajada, ella hacía coincidir el hacer guardia con la Guardia Nacional.

     Nueva coincidencia del término, pero no del significado.

     Cuántas veces habrán hecho una interpretación que yo ni siquiera puedo imaginar.     Curiosamente no pararon allí las coincidencias. Cuando recibo la lista con los lugares asignados para hacer aquella guardia, veo que mi nombre aparece con un apellido equivocado. Inmediatamente me dirigí a la Dirección y con una carcajada de por medio, le digo a la directora: yo no vengo mañana porque no aparezco en la lista, y si hay un descuento que se lo hagan a María Ascensión Rodríguez. Habrase visto que después de más de veinte años, no saben ni mi apellido. Nos reímos al por mayor, pero, allí se presentó otra coincidencia: caí en cuenta que la abuelita de mi mamá se llamaba María Ascensión Rodríguez, por lo tanto, ese es mi octavo apellido: Uribe, Aranzábal, Uribe, Sánchez, Rivera, Zavaleta, Zarco, Rodríguez.

     Caramba. Mi bisabuelita se hizo presente, quién me lo hubiera dicho. Por ella mi mamá se llamó Ascensión y por consiguiente yo. Pero si se cree que allí terminaron las curiosas coincidencias, no, no quedaron allí, esa bisabuelita se casó con mi bisabuelo Manuel. Ascensión y Manuel, pues eso también me corresponde, porque yo también me casé con Manuel.

    Válgame con las curiosas coincidencias. ¿Tendrá algo qué ver con el azar?

    Por lo pronto la experiencia la quiero recuperar en este breve texto lleno de curiosas coincidencias. A mí me divirtió.