En el entrecejo, la trampa, en la delgada línea divisoria
donde está cada nombre, cada espejo.
Fragmentos múltiples. Mutilaciones fragmentadas;
Identidades disueltas, polvos pegajosos y perennes.
Mercurio petrificado.
Verías la luz a través de la cortina de mis ojos húmedos.
Ahí donde es imposible grabar la palabra fin.
Cómo dueles y, sin embargo, ya no;
estás y no estás en una intermitencia insoportable.
La tristeza es el testigo de que la vida no te pasó de largo.
Estuviste ahí con todas tus dudas; la viste de frente, la perdiste de tajo.
La vida es un ritmo atonal y el encuentro existió.
Ilustración: Mujer detrás de cristal roto. Acuarela por Reme Jr.
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