Toca adaptarse - Patricia de la Rosa Urraza
- Patricia De La Rosa
- Aug 6
- 2 min read

Me tocó en la mesa de los cerrados porque “tú te adaptas fácil”. Intenté entablar conversación con los ahí sentados. Después de un par de monosílabos en respuesta a mis preguntas, dictaminé: “intento fallido”. Escuché con más morbo que curiosidad las conversaciones de las que era excluida y completé en mi mente las historias de los ahí presentes dándoles, sin lugar a dudas, una vida mucho más divertida de vivirse que la que seguro vivían. Cené en silencio y me fui a mi mundo viendo tocar a la banda y bailar a los demás invitados a la boda. Me divertí. Me adapté.
La distribución de los cuartos se hizo por familias. El que tenía la cuna, le tocó a la familia que tenía a la niña. Además de cuna tenía vista al campo. El que tenía la cama más grande, le tocó a la pareja. Además de la cama más grande tenía vista a las montañas. El más chico, me tocó a mí. También me tocó el perro porque olvidaron su cama. Además del perro me tocó vista a la calle. Con la profundidad del sueño que inspiran los campos y las montañas, fui la única que escuchó el pleito que se desarrolló en la calle en la madrugada. Fui la única que tenía una historia que contar a la mañana siguiente. Me adapté.
Para el trayecto al festejo me tocó ir en el carro con las tías. El carro de los primos ya iba lleno y a la mitad ni los conocía. En el carro de las amigas no tenía cabida porque amigas mías, no eran. En el carro de los festejados iban los hermanos y era cabeza de convoy. A mí me encontraron lugar de último momento. Entre las tías con las que me tocó ir en el carro había unas que no eran mías, eran de las primas. Una de ellas amiga de mi papá. Lo recordó. Lo recordó sobre todo en su infancia, que fue cuando eran amigos. Me compartió sus recuerdos. Lo recordé. Me tocó ir en el carro con mi papá. Me adapté.
Gracias a mi capacidad de adaptación fue que me adapté en pocos meses a una vida estable. Sin viajes. Sin llamadas de emergencia. Sin rebotar de una casa a otra. De ahí que el sismo metafórico y sus subsecuentes réplicas, también metafóricas, me hicieron tambalear más que el temblor del ‘17. Y decir eso, es decir mucho. Intento recuperar el equilibrio mientras busco nuevas oportunidades que me devuelvan la estabilidad a la que tan pronto me adapté. La búsqueda, se hace larga. La incertidumbre, crece. La posibilidad de no encontrar, se vuelve realidad. Y bajo esa perspectiva me pregunto, ¿me adaptaré?
Ilustración: Generada por ChatGPT
Comments