Qué hermoso cielo, azul, azul, el de este amanecer.
Me hace recordar que tengo que escribir un cuento para la clase de taller literario.
Mi cabeza ya no tiene las suficientes neuronas activas para escribir algo interesante.
Además, la competencia es terrible, hay grandes poetas, grandes escritores, grandes maestros de la lengua que escriben con elegancia y correctamente, no les falta ni les sobra una coma.
En consecuencia no estoy dentro de esa clasificación y por lo tanto nada más puedo escribir tonterías.
Quiero ser poeta: es muy difícil, pero empezaré con la fácil.
Primero una hoja en blanco, un lápiz con gomita para escribir a la antigua; creo que mejor una hoja rayada. Empiezo: ¿con qué letra? Con la P me gusta mucho, la tomo, la volteo, la acuesto, la pongo de cabeza, pero ¿dónde la coloco? Al principio no, mejor en el último renglón, allí que se duerma un rato y como dice el maestro, para que madure la idea.
Tomaré otra hermosa letra que sepa reír y cantar: la J , quedará muy bien al principio del renglón; la tomo, la admiro, la volteo, la pongo de cabeza, la mido, la acuesto.
¡Ay! ¡Ya me cansé! Dormiré otro ratito.
Ilustración: Fotografía de Sixteen mile post en Unsplash