Mi colonia - Anne Labrousse
- Anne Labrousse
- Jul 2
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Mi colonia es tranquila, me gusta.
Muchos árboles bordan sus calles pacíficas.
Cada día abren más cafés bonitos, pastelerías, pequeños lugares gourmet. Son pequeños lugares, no estorban, no alocan la colonia.
Mas bien, era necesario tener lugares nuevos con productos de calidad y que fuera un poco con sabor internacional. Muchas veces, esos lugares tienen un sabor europeo.
Antes, sólo abrían taquerías. Una tras otra. ¡Que flojera! No daba crédito.
Ha venido a vivir gente nueva también. Y eso me gusta.
No creo que sea gentrificación. Es mejoramiento, un poco de mejor gusto. Un poco más de variedad.
Un argentino acaba de abrir un local muy bonito en la esquina de mi casa. Estudió cocina francesa y haces quiches deliciosos, sándwiches como a mi me gustan; con salmón, con una salsa balsámica, con alfalfa.
Hace croissants, panes de todo tipo. Todo bien hecho con productos de la mejor calidad. Con amor, con sumo cuidado.
Muchas panaderías artesanales abrieron. Es muy agradable.
Los demás lugares empiezan a vaciarse. Los que no hacen esfuerzos para mejorar. Tal vez mejoraran. No se sabe.
Tengo todo a la mano aquí.

Tengo a mi café favorito, una café coreano. Es aquí donde escribo. Es un lugar bellísimo y tanto los meseros como los dueños me tratan muy bien.
Llego, me instalo. Pido un té negro Earl Grey y un tiramisú. Asi, estoy feliz.
Sólo falta un verdadero supermercado. El Walmart que pusieron en lugar del Superama es un asco. Vende noventa por ciento alcohol y diez por ciento fritangas.
Ya no encuentro mis buenos productos.
Mejor voy con el argentino. No hay cola, como bien y me dan la bienvenida.
Cerca, tengo una librería del Péndulo a 15 minutos caminando.
Tengo una biblioteca, la de la Casa de Francia.
Me gusta mi colonia.
Ilustración: Fotografías del archivo de la propia autora.
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