Opaca y lumínica.
Una lluvia de estrellas hacia adentro desgarra mi garganta
en un grito de oxígeno apretado entre mi sangre
y el agua manantial en pulmones diversos
La luz en la ventana araña la epidermis.
Soy tu aliento y no tanto.
El ombligo que nos une, nos separa,
testigo del día en que fuimos liberadas.
El fuego en que nacemos nos eleva y la tierra nos ata.
Soy humana, lo eres.
Nostálgica condena de la levedad.
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