¿Soy o hubiera sido? - Marichoni

La Lengua Castellana

tan rica, tiene un verbo

diferente para ser

y otro para estar.

Soy la que soy porque llegué al lugar que me asignó el Creador. 

Soy la que soy porque vine con un equipaje definido y lo he ido sacando poco a poco, año tras año, y esto hasta a mí me ha sorprendido.

Soy la que soy porque soy el resultado de mi historia, de lo que me ofrecieron padres y abuelos..

Soy la que soy porque pude ser diferente y no quiero ni pensarlo.

Soy la que soy porque, aunque no sea la mejor, siempre he procurado hacer lo mejor.

Soy la que soy porque hace mucho acepté ser la que soy, con claros y oscuros, esperando que, hasta ahora haya habido más claridad que oscuridad.

Soy la que soy porque siempre he querido responder tomando en cuenta los dones que recibí y he buscado acrecentarlos para ser la que soy, proyectando luz y fortaleza, principalmente entre hijos y nietos.

Soy la que soy porque desde hace mucho decidí aceptar que vivo lo que me toca vivir por ser la que soy y casi de nada me arrepiento.

Soy la que soy porque en cada tiempo, en cada circunstancia he tratado de utilizar las herramientas que eran parte de mi equipaje que encontré cuando lo abrí.

Soy la que soy, aunque no he logrado todo lo esperado ni todo que pude logar, pero la conciencia de estar todavía en la puerta de las oportunidades de la vida, me da una posibilidad, sin que ello me lleve a ser algo muy diferente de la que soy.

Soy la que soy porque he recorrido caminos que se han cruzado, con bifurcaciones, pero al final, con una actitud de búsqueda, he tratado de ser aquella que realmente soy.

Soy la que soy porque he sido enriquecida a partir de mis hijos y nietos.

Pero, si hubiera sido mariposa, hubiera desarrollado la paciencia esperando mi transformación.

Si hubiera sido águila, hubiera volado a alturas desconocidas y tal vez lo hubiera tenido que hacer en soledad.

Si hubiera sido un pájaro no me hubiera dejado enjaular porque amo la libertad.

Si hubiera sido un canguro, hubiera traído dentro de mí a mis hijos más allá del tiempo del embarazo. Se fueron pronto y ahora solo los veo cuando me lo permite cada vacación.

Si hubiera sido una luz, me hubiera gustado alumbrar de noche para no competir con el sol.

Si hubiera sido fuego, me hubiera heho amiga del agua, para que, entre los dos, a medias, cumplieran su cometido, sin ocasionar destrucción.

Si hubiera sido cantante, hubiera contado historias con música y mucha dulzura en la voz.

Si hubiera sido cocinera, hubiera promovido más platillos sin ajo ni cebolla y el mundo tendría un mejor olor.

Si hubiera sido pianista, mi lenguaje sería siempre musical y hubiera tocado el bello instrumento que mi abuelo compró en junio de 1910.

Si hubiera sido caballero andante en tiempos del Quijote, hubiera aprendido a soñar lo imposible y nunca perdería la esperanza.

Pero como nada más soy la que soy, quiero alimentar no solo mi esperanza sino también la fe, el servicio con amor y la generosidad de mi tiempo, para parecerme un poco más a la que hubiera podido ser, antes de dejar de ser la que soy.

Ilustración: Fotografía del Archivo de la propia autora.