Una nueva vuelta al sol - Marichoni

La traslación que sufre la Tierra

impacta en todos los aspectos

nuestra vida. Asumámoslo

   Empieza diciembre y, aunque en nuestro calendario representa el final de un año, el Adviento, con el que se empieza, nos da indicios de una nueva vuelta al sol, de un trayecto de inicio anual y a la vez, de un tiempo de espera.

    Por ello parece que hay que conjugar estas dos situaciones: un inicio y la espera.

    Cualquier principio de algo representa la esperanza, el posible acierto, la afirmación de una idea, la modificación de una actitud, el revalorar de un anhelo que todavía no se alcanza, el renacer del espíritu de lucha ante la puerta de lo nuevo, la alegría del corazón que emprende una nueva ruta en el camino, el renacer de la energía para seguir adelante hasta llegar a la meta.

    Sí, el inicio de una nueva vuelta al sol me devuelve la credibilidad en mí y en quienes me rodean, y recupera mi fuerza, aunque algo de ella se vaya quedando atrás como parte de la confección de la propia realizada.

    Pero también empieza un tiempo de espera, de revisión a fondo de lo que se ha logrado y de lo que todavía está pendiente, tiempo de esperar que lo vivido haya ofrecido aprendizajes que en la proximidad se pongan de manifiesto como cambio, esperar que aquello que no ocurrió por alguna razón, ahora aparezca.

    Esperar que, viendo hacia atrás, se modifique la finura de mi observación y mi percepción cuando voltee hacia adelante, esperar que, a partir de volver a ver el amanecer, también valore el presente para llegar al ocaso, cuando éste ocurra y lo haga con mayor gratitud.

    Esperar que las piedras que ahora distingo y que siempre existen y existirán en el camino, son para ayudarme a dar un paso con mayor seguridad y firmeza.

    Esperar que, al haber afinado la mirada, ahora aprecie detalles que no había descubierto y esperar que, con la renovación del alma, se muestre más claramente el amor con el servicio, el perdón como una forma de olvido, la alegría frente a la esperanza, el cambio como posibilidad real, la fortaleza como fuente de fe y la claridad para una actuación reflexiva que nos lleve a reconocer que, en cada pisada de avance, hay certidumbre, conocimiento y luz para poder caminar durante esta nueva vuelta al sol.

Ilustración: Fotografía de Waldemar Brandt