top of page

Hoy me hablaste - Anne Labrousse

ree

Hoy, me hablaste, madre, y terminé preocupada.

Me hablaste como te lo pedí porque ibas a ver a tu cardiólogo.

 

Ni buenas ni malas son las noticias de esa visita.

La arritmia regresó y te cansa mucho pero no es grave como antes. Y el marcapasos puede esperar bastante más.

 

Algún dejo de melancolía en tu voz como un delgadísimo velo de tristeza.

Te conozco bien, finalmente, o eso creo, aunque viva tan lejos de ti, de ustedes.

 

Como un velo de tristeza, decía, y es que siento que últimamente, me retas menos.

Talvez te das cuenta de que me preocupo por ti, que me interesas, que no quiero que te vayas.

 

Imperceptible casi, ese fondo de tristeza.

 

Justo antes de colgar, dijiste “Hoy dormí un poco más. Qué bien, contesté, porque nunca duermes tarde.”

“El cielo es todo gris, seguiste, no se antoja hacer nada. Nada se antoja hacer nada. Nada se antoja. Me deprime ese clima.”

 

“Te deprime?”, pregunto, sorprendida.

 

Para ella, normalmente, es época de castañas en el bosque, es época de manzanas, de tartas, mermeladas. Época de sopa de calabaza.

 

Época de guantes de piel y nariz roja y de soplar vapor en el aire helado.

Es época de felicidad porque precisamente, es época de frío para una descendiente de Vikingos.

 

“Muy deprimida, no sabes” continua. Me siento aterrada.

 

“Cómo, ¿Por qué? Ella es fuerte. Siempre lo fue. ¿Qué sucede?

 

“Está aquí tu hermano Rémi” dice, murmurando.

 

¿“Duerme aquí otra vez?” pregunto.

 

“Sí. No se va. Va a perder su casa. No quiere trabajar. Perdió su licencia, su coche otra vez.”

 

“¡Qué horror, suelto!”

 

Mi hermano es la peor pesadilla de mi madre.

 

Tan de pesadilla, tan de terror que tengo miedo de que la mate.

 

Hoy, me habló mi madre, y terminé preocupada.



Ilustración: Fotografía de Wesley Hilario en Unsplash

Comments


Post: Blog2_Post
  • Instagram
  • Twitter
  • Facebook

©2021 Botellas en el mar. Wix.com

bottom of page