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Un paseo por la Riviera Maya - Marichoni

Algo que nos encanta

son las frutas de colores,

y los sabores exóticos

de este rincón del mundo.

Gonzalo Guerrero de

Raquel Huerta Nava

 



    Se habla del paraíso con múltiples acepciones, pero sin importar sus variantes conceptuales, se considera como un lugar fantástico, lleno de luz y armonía y a veces se valora como el encuentro con el Dios Creador.


    Ver en el sureste del Cuerno de la Abundancia al que llamamos República Mexicana, ante la vista del azul turquesa del mar del Caribe, el azul plumbago de su cielo y el contraste de la gama de verdes de su vegetación exuberante, imaginando lo que habrá sido esa selva extendida, lo convierte en un trozo del paraíso, solo en un trozo para no quitarle su posibilidad a otras situaciones, a otras regiones o a otras experiencias que creen poseerlo. Ante ello me surge la pregunta ¿qué habrán pensado esos náufragos Gonzalo Guerrero y Jerónimo de Aguilar allá por el año 1511, cuando habiendo perdido, en forma inesperada, su embarcación, a nado limpio llegaron a tierra firme a lo que ahora es la Península de Yucatán? Cómo habrán reaccionado ante la vista de ese rincón paradisíaco. Imagino que dirían, ya sanos y salvos y sin remedio que aceptar la realidad de haber llegado a ese lugar, en el azar del destino, habrán concluido: aquí me quedo, de aquí quiero ser y ya no me voy.


    Guerrero no solo se quedó, no solo apreció los recursos del lugar, sino al ver a la indígena que lo cautivó, lo llevó a decidir dar lugar a la primera familia mestiza del Continente porque estaba convencido que allí había un rincón del paraíso.



    Para mí también ha resultado un poco esa imagen paradisiaca, pues acudir este finde semana para encontrarme con las nietas llegadas desde las gélidas tierras canadienses del norte del Continente. La belleza del lugar y el encuentro con esa parte de mis amores repartidos por el mundo, me hizo preguntarme: ¿así se presagia el paraíso? ¿así de hermosa será la llegada?


    Sí, creo que un paseo por la Riviera Maya y con la presencia de quienes amo, es probar un poco del paraíso, es una oportunidad de reconocer que la belleza Dios nos la da a probar de muchas maneras, una de ellas es disfrutar unos cuantos días de un paseo por la Riviera Maya.



Ilustraciones: Unsplash y del archivo de la propia autora.

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