Michael Jackson
1958 – 2009
Este ataúd se parece a mi cámara hiperbárica. Me siento cómodo y seguro aquí dentro. A salvo de los papparazzi, lejos de los fans, los abogados, mis hermanos, mi padre
.
Mutismo absoluto, como no existe ni en el sótano de Neverland, ni la habitación más pequeña y oscura de todo Hollywood.
Lejos del bullicio que produce mi séquito buscando satisfacer mis necesidades reales e inventadas. Sin los clicks de los obturadores de las cámaras, los flashes, las grabadoras al activarse acechando el momento preciso en que levante a mi hijo sobre un barandal o mi mano toque la pequeña pierna de uno de mis amigos.
Protegido de los murmullos y susurros comentando mi vida pública y privada. Sin los gritos ensordecedores que repiten mi nombre hasta transformarlo en un rugido monstruoso que me aterroriza, me persigue aún en mis sueños (pesadillas).
Por fin … el silencio. Descanso en paz.
Ilustración: Fotografía de Redd en Unsplash
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